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José Ángel Domínguez Calatayud / Actualizado 27 diciembre 2014 |
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fjrigjwwe9r1_articulos:cuerpo En ausencia de mi prima Margarita que tras la Nochebuena voló a esquiar a Gstaad – “come up, slow down” es el slogan – mis fuentes informativas se nutren de los manantiales frescos de mis mejores lectores o, en este caso, a la inversa: a los manantiales mejores del más fresco de mis lectores.
Sin duda él sabe lo que le aprecio y me escribe tras mi anterior post: “acabo de leer en El Confidencial que un caballero de 103 años acaba de hacer hoyo en uno, creo que es noticia para tu blog y más en estas fechas”. Sí, la historia tiene el brillo de un cuento de Navidad. Es un hecho fantástico y una inspiradora noticia que, desde que la difundió Associated Press, veo reproducida en los medios especializados de todo el mundo.
Y no es de extrañar. Si para algunos ya es difícil encontrar el green de un golpe en un par 3, evitando como pueden bunkers o lagos de agua, es inimaginable un hoyo en uno siendo sénior profundo.
El héroe que lo ha conseguido con tres años más que el siglo se llama Gus Andreone, que fue jugador profesional y es el más antiguo miembro en activo de la PGA. En el Palm Aire Country Club, su club, ya le honraron al cumplir 100 años: dieron su nombre al Campo de Práticas que ahora se llama Gus Andreone Practice and Teaching Facility.
El club tiene dos recorridos, The Champions y The Lakes. En éste recorrido Gus Andreone sigue jugando tres veces por semana – “90 es mi par ahora” -, y en el partido con su grupo de los miércoles volvió a sonar la flauta.
Porque la vida de este veterano del golf es, lo cuenta él, una sucesión de bendiciones trufadas ciertamente de hechos insólitos: sirvió en la 10ª Armored Tiger División -¿premonición?- a las órdenes del General Patton en la Segunda Guerra Mundial. Ya entonces se salvó de una buena cuando la unidad que comandaba – llamada Ghost Division - recibió un impacto de mortero. “Llevábamos dos cisternas con 50 galones de gasolina. Y aquí estoy”. Comentaba sonriente en una entrevista.
Mucho más tarde, en diciembre de 1983, le tocó una lotería, cuyo premio consistía en mil dólares a la semana mientras estuviera vivo. Pero, es que a este premio hay que añadirle, desde que se mudó a Florida, otros dos de 18.000 y 21.000 dólares obtenidos en la Fantasy Five Lottery. El mundo de las apuestas lo mueve la suerte, pero no está tan clara su influencia en el golf ni en la vida concreta.
Como contaba Bob Denney en la web de la PGA, “La primera esposa de Andreone, Henrietta, murió de cáncer en 1977. Su segunda esposa, Betty, con la que se casó en 1985, obtuvo la tienda de golf en el antiguo Hills Golf Club Rolling de Davie, Florida, donde le dieron un corto papel en Caddyshack. Los cinéfilos podrán distinguirla en la escena en que pasea por la terraza de la piscina en traje de baño mientras los caddies invaden la piscina de los miembros del club.
El propio Gus Andreone se toma estas cosas con el envidiable humor de la gente sencilla. “El hecho de estar sentado y hablando con usted ahora es algo especial”, le dice en un momento al periodista.
También con sencillez describe su hazaña del hoyo en uno en el hoyo 14 del Lakes Course, golpeando con el driver desde 113 yardas. Tal como lo explica el propio jugador parece cosa de coser y cantar: “Le pegué sólido y la pelota, después de tocar suelo a unas 30 yardas del green, siguió rodando, rodando y rodando y cayó en el hoyo, situado en la parte media derecha del green” – luego añadió – “los milagros ocurren de vez en cuando”.
El hombre, felicitado por sus compañeros de partido con entusiasmo, apenas se inmuto y, como si fuera de Bilbao, únicamente dijo, “no puedo decir que sintiera algo diferente: sentí que era otro hoyo en uno más...". Para él es fácil decirlo: con ésta son ya ocho las veces que hace hoyo en uno desde que hiciera el primero en 1939.
La PGA ha reconocido el resultado como nuevo récord de mayor edad en hacer hoyo en uno, batiendo el anterior, detentado desde 2007 por una dama, Elsie McLean, de 102 años.
Con este logro el veterano jugador se embolsa 80 dólares en su club, cantidad que debe considerarla exigua ya que, en declaraciones a la emisora de televisión Fox 13 News, manifestó que espera volver a hacerlo otra vez. Ya les digo: dice que es de Bellaire, pero debe ser el modo de decir “soy de Bilbao” en lengua autóctona de Ohio.
Claro está que no hay cumplir un siglo de existencia para cultivar a diario el buen humor y la alegría. Humor y alegría, que son perfectamente compatibles con hábitos saludables: “me tomo una cucharada de miel cada mañana con mi café. Todas la mañanas”, dice Andreone. Y “antes de levantarme hago un cierto conjunto de ejercicios que ayudan a mis rodillas, espalda y caderas: a mí me funciona”.
A lo mejor funciona porque su espíritu, faro interior, ilumina horas de resplandor: “cada día es una bendición y no sabes lo que te traerá” concluye Gus Andreone.
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