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Flechazo de Owen Wilson, Marvel brilla con Peyton Reed y Pixels
Paul Rudd, Michael Douglas y Evangeline Lilly con "Ant-Man", Adam Sandler y Michelle Monaghan con Chris Columbus, y el Lío en Broadway de Peter Bogdanovich.
Si algo ha llamado la atención de Ant-Man es la escasa promoción por parte de Marvel a la hora de dar a conocer su última película. No era para menos, teniendo en cuenta que se trataba de un proyecto atascado desde 2003 y que, para su estreno, iba a tomar el relevo de las grandes aventuras épicas a las que la Marvel nos ha acostumbrado.
Pese a ello, Ant-Man supera con creces todas las expectativas dejando un lado su aspecto ridículo y haciendo disfrutar al espectador. Ant-Man no es un multimillonario con armadura inteligente, ni un dios de otro planeta, ni mucho menos un héroe de la Segunda Guerra Mundial.
El hombre hormiga es Scott Lang (Paul Rudd), un ladrón de poca monta sin realmente malas intenciones cuyo único objetivo es lograr que su exmujer le permita ver a la hija que tienen en común. La novedad está en que el nuevo superhéroe se reduce hasta el tamaño de una hormiga gracias a un traje que roba de la casa del que será su mentor, Henry Pym (Michael Douglas), y que con la ayuda de Hope Pym (Evangeline Lilly) necesitará para frenar un plan científico que pondrá a la humanidad en peligro.
Con este nuevo producto, Marvel concluye la llamada Fase 2 de su Universo Cinematográfico, que estos años ha desarrollado las secuelas del equipo de los Vengadores y la sobresaliente y divertidísima Guardianes de la Galaxia. Ant-Man, dirigida por Peyton Reed, aporta así un toque más ligero a una saga de películas interrelacionadas entre sí.
Pixels cuenta como unos extraterrestres malinterpretan las imágenes de las máquinas recreativas como una declaración de guerra y deciden atacar la tierra, empleando dichos juegos como modelos para el asalto.
El presidente de EEUU, Will Cooper (Kevin James), recurre entonces a su gran amigo de la infancia y campeón de las maquinitas de los años 80, Sam Brenner (Adam Sandler), quien actualmente trabaja como instalador de sistemas de home cinema, para encabezar un equipo de expertos jugadores de su época (Dinklage y Gad) cuya misión será derrotar a los extraterrestres y salvar al planeta. Monaghan interpreta al experto en armas del equipo.
Más de una década ha tardado el legendario actor de comedias Peter Bogdanovich en volver a ponerse tras una cámara. La expectación, claro, era máxima. Ahora lleva con Lío en Broadway con un reparto coral constituido por Owen Wilson, Ileanna Douglas, Rhys Ifans, Wil Forte, Richard Lewis, Debi Mazar, la emergente Imogen Poots y Jennifer Aniston.
Una prostituta llamada Liz (Imogen Poots) acude a la cita de un cliente un poco especial; se trata de Arnold Albertson (Owen Wilson), un famosísimo director aficionado a las chicas de compañía. Aparentemente, éste acaba rendido a los pies de Liz y le regala 30.000€ a cambio de que deje su trabajo y persiga su sueño de ser actriz.
Allí decide ir a un casting y resulta ser el de una película que está dirigiendo Albertson cuya protagonista es una prostituta. Por allí deambulan la mujer del director (Kathryn Hahn), una psicóloga con muy mala leche (Jennifer Aniston), un detective privado patoso (George Morfogen), un guionista calzonazos (Wil Forte), un actor crápula, enamorado secretamente de la mujer del director (Rhys Ifans).
La vida del escritor Tomas Eldan (James Franco) cambia el día que, tras una acalorada discusión con su novia, atropella a un niño. Doce años después, Tomas sigue culpándose sin poder olvidar la tragedia. Aquel fatídico accidente afectó a Kate, la madre del niño, y todos los que rodean a Tomas, incluida su novia. Esta es la historia de Todo saldrá bien.