El Rey Felipe VI quiso conocer de primera mano a las personas que han estado recibiendo y atendiendo a las personas evacuadas de Afganistán en la base aérea de Torrejón (Madrid). Les trasladó su reconocimiemto, estima y agradecimiento.
El Rey agradeció el esfuerzo en general de las Fuerzas Armadas al ser recibido por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), almirante general Teodoro E. López Calderón, y el jefe del Ejército del Aire, general Javier Salto.
El Rey quiso agradecer también de forma especial el coraje, valentía, sentido de la solidaridad y responsabilidad, y servicio a España, de Gabriel Ferrán, el embajador cesado que optó por seguir en Afganistán supervisando las evacuaciones.
El Rey quiso conocer los detalles de cómo está Kabul y en general Afganistán. También se interesó por la situación en las zonas donde España desplegó militares en misiones en las provincias de Badghis y Herat.
Gabriel Ferrán fue cesado como Embajador de España en la República Islámica de Afganistán a propuesta del ministro de Asuntos Exteriores, en el último Consejo de Ministros antes de las vacaciones de verano. Su mandato tenía que expirar en octubre de 2021, fecha en la que se cumplían los cuatro años de su nombramiento. Sin embargo, el Gobierno de Pedro Sánchez tenía prisas por cesarle por la sencilla razón de no ser un diplomático de carrera próximo al sanchismo.
En el momento en que estalló la crisis de Kabul, que Sánchez ignoró manteniendo sus vacaciones en Lanzarote, en el Palacio de La Mareta, Gabriel Ferrán fue invitado a salir de inmediato de Afganistán. Pero decidió justo lo contrario pese a los enormes riesgos. Fue precisamente el último en salir.
Gabriel Ferrán decidió quedarse hasta el final para coordinar las labores del operativo de evacuación junto a su número dos, Paula Sánchez. Ambos aterrizaron el viernes en Madrid en el último vuelo que salió de Afganistán.
El Rey quiso conocer en detalle la situación de Afganistán y algunas regiones concretas que el monarca conocía después de los 20 años de misión de las Fuerzas Armadas en Asia Central.
Felipe VI quiso también, pero sin imágenes y respetando la intimidad, visitar a los afganos que fueron evacuados. Conocer las impresiones y necesidades de muchas familias, mujeres que llegaron solas con sus hijos, y hombres incluso de avanzada edad.