Su conversación con Osborne tiene lugar en el Parque de la Naturaleza de Cabárceno, un auténtico paraíso que acoge en semilibertad a cientos de animales representantes de todas las comunidades zoológicas de la Tierra. El presidente cántabro inicia la charla desvelando algunos de los entresijos de las reuniones periódicas entre el gobierno central y los presidentes autonómicos y ofrece su opinión sobre los distintos partidos políticos de España. “El peor virus es la clase política”, declara.

Sobre Quim Torra, presidente de la Generalitat, asegura que “es una monja de la caridad. Primero nos felicita a todos, nos da ánimos y nos saluda”, actitud que ha llevado a Revilla a preguntarle: “¿Por qué sois así aquí y fuera de otra manera?”, mientras que sobre Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, comenta que “casi nunca le funciona el micrófono”. También ofrece su opinión sobre el rey emérito: “Lo único que pido es que haya en España unos jueces que no se atemoricen ante la palabra rey y que investiguen para que sepamos la verdad”.

En Cabárceno comparten una merienda a base de tomate con bonito, quesos típicos del lugar y sobaos, al que se une Aurora Díaz, la mujer del presidente cántabro. Además, Lara, la hija de la pareja, comparte a través de videollamada diversas curiosidades y divertidas anécdotas sobre su padre y asegura que “la oposición la tiene en casa más que en el Parlamento. Con nosotras se entrena”.

La visita de Bertín Osborne a Cantabria culmina en la costa oriental de la región, donde Miguel Ángel Revilla le muestra el nuevo y multicolor aspecto del faro de Ajo, obra del artista santanderino Okuda San Miguel, que ha requerido 72 tonalidades de color. Frente al mar, ambos reflexionan sobre la manera de entender la política y cómo afrontar la vida, mientras el presidente cántabro trata de convencer a Bertín para que regrese próximamente a su tierra y siga redescubriendo sus espectaculares parajes.