Sin embargo, a la hora de decantarse por la mejor dirección, los académicos se inclinaron por egundo año consecutivo por el mexicano Alejandro González Iñárritu, esta vez por El renacido, la película que también llevó hasta su primer Oscar a un aclamado y merecido Leonardo DiCaprio y a Emmanuel Lubezki al tercero (también consecutivo) como director de fotografía.
En lo referente a los números, la gran triunfadora de la noche, con seis estatuillas, Mad Max, furia en la carretera, un triunfo que hizo marcharse de vacío a otra de las máximas nominadas, Marte. También ha sido destacable el de Brie Larson como actriz protagonista por su trabajo en La habitación y el de Alicia Vikander como actriz de reparto por La chica danesa.
Del revés se hizo con el premio como película de animación, Amy con el de mejor documental y el de la húngara El hijo de Saúl en categoría de lengua no inglesa. También se cumplieron los pronósticos del Oscar para mejor guión adaptado cuando lo recibió La gran apuesta, basada en el libro de Michael Lewis.
Aunque no ha habido grandes sorpresas, el premio más inesperado fue el de mejor actor de reparto que recayó en Mark Rylance, que interpreta a un agente ruso en El puente de los espías de Steven Spielberg. Este reconocimiento dejó con las manos vacías a Sylvester Stallone que era el gran favorito para llevarse la estatuilla.
Entre los galardones más emocionantes se cuenta el primero que ha recibido en su larga carrera Ennio Morricone por su banda sonora para Los odiosos ocho de Quentin Tarantino. Todo el público presente en el Dolby Theater puesto en pie, al igual que cuando se pronunció el nombre de Leonardo DiCaprio como mejor actor.
Y como suele ocurrir en estos premios, la gala fue una ceremonia de reivindicaciones. Michael Sugar, el productor de Spotlight, aseguró que su película “dio una voz a los supervivientes (de la pederastia del clero) y el Oscar amplifica esa voz que esperamos que se convierta en un coro que llegue hasta el Vaticano”. También pidió directamente al Papa Francisco que “es hora de proteger a los niños y restaurar la fe”.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, participó en la gala y presentó una iniciativa para luchar contra esos abusos, urgiendo a “cambiar la cultura”. Lo hizo minutos antes de presentar a Lady Gaga, que con una potente interpretación de Till it happens to you y acompañada en el escenario por decenas de supervivientes de abusos hizo que se vieran lágrimas en el patio de butacas.
Leonardo DiCaprio también aprovechó su premio para hacer un potente alegato en defensa de la causa en la que lleva años como activista: la lucha contra el cambio climático.
“Es real, está sucediendo ahora, es la amenaza más urgente que enfrenta nuestra especie y necesitamos trabajar juntos y dejar de procrastinar”, aseguró el actor, que pidió “apoyar a líderes políticos de todo el mundo que no hablan por los grandes contaminadores ni las grandes corporaciones sino por la humanidad, los indígenas y los miles de millones de los menos privilegiados que serán los más afectados, por los hijos de nuestros hijos y por toda la gente cuya voz ha sido ahogada por la política de la avaricia”.
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