Final apoteósico en el Festival de cine de San Sebastián. El galardón más esperado, la Concha de Oro, fue entregado a una película pequeña, hermosa y dura que apenas apareció en las quinielas, Sparrows (gorriones). Eso sí fue una de las más aplaudidas en el pase oficial.
Dirigida por Rúnar Rúnarsson, esta coproducción de Islandia, Dinamarca y Croacia se centra en un país sin noche en verano y sin día en invierno, en el que el alcohol y los abusos son compañeros habituales de los personajes.
La cinta es la crónica realista de una difícil etapa en la vida de un chico de 16 años, acostumbrado a vivir con su madre, que debe irse con su padre de la noche a la mañana, aunque en este caso es solo un decir, ya que el pueblo en el que viven dista poco menos de 200 kilómetros de Groenlandia y en el verano no oscurece nunca.
Tras conocerse el fallo del jurado presidido por Paprika Steen diera a conocer su veredicto, Rúnarsson subió al escenario de la gala de clausura a recoger la Concha de Oro, secundado por los productores de la cinta.” Me siento tan afortunado... Ha sido un pivilegio haber podido trabajar con un equipo tan maravilloso que ha hecho posible este premio. Gracias a todos ellos y gracias a San Sebastián”, recalcó.
Tampoco estuvo muy hablador estuvo el cineasta Joachim Lafosse, ganador de la Concha de Plata a la mejor dirección por Les chaveliers blancs. El largometraje cuenta sin sentimentalismos ni provocaciones su visión casi periodística del escándalo de las adopciones irregulares en Chad, que salpicó a la ONG francesa Arca de Zoé en 2007.
“Creo que tenemos que ir con mucho cuidado de no dejarnos llevar por nuestras emociones vulnerando la legalidad, incluso en casos humanitarios. Estoy muy orgulloso de la película pero sin el talento de mi equipo no hubiese podido lograrlo. Con este premio les devuelvo su entrega”, recalcó.
Eso sí, quien sí habló fue el público congregado en el Kursaal para asistir al cierre del festival. El respetable estalló en una atronadora ovación al darse a conocer que la Concha de Plata al mejor actor recae, ex aequo, en Ricardo Darín y Javier Cámara por su impecable trabajo en Truman.
“Lo hemos pasado tan bien haciendo la película... Hemos llorado, hemos reído, nos ha dolido. No soy ni argentino ni cubano, mi madre es riojana y estará diciendo: no llores, no llores. Y no voy a llorar. Este premio va para toda esa gente que está enferma, y sobre todo para quienes les acompañan”, aseguró Javier Cámara.
Por su parte, Ricardo Darín señaló que “es un placer estar en este festival tan maravilloso en el que siempre me he sentido tan bien tratado. Me siento honrado y feliz de que el jurado haya decidido distinguirnos a los dos, porque en este tipo de historias es difícil prescindir uno del otro. Codo a codo nos hemos nutrido. Con esta película Cesc Gay nos ha regalado una historia maravillosa. Gracias a todo el equipo técnico y a mi compañera Florencia, mi amada esposa. Quisiera leerle a Cesc un tuit que me ha emocionado y creo le gustará. Dice: ´Con 23 años fui a ver una película de la muerte y creo que aprendí casi todo de la vida´. Gracias”.
- Ver en Hechos de Hoy: El desconocido Luis Tosar, sensualidad y descaro con Víctor Matellano, y Celia Freijeiro
Volver
arriba
Comentarios
