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Paul Feig y Melissa McCarthy alistan a los espías Jude Law y Jason Statham
Escenas de acción, recuerdos a James Bond y Jackie Chan, y sobre todo se ofrece una ácida vertiente cuyo objetivo es satisfacer a los apasionados por el humor absurdo.
Spy es la tercera colaboración de Melissa McCarthy con el director Paul Feig, (antes lo hicieron en la maravillosa Damas en Guerra y la divertida Armadas y Peligrosas junto a Sandra Bullock), pero es la primera que pone a McCarthy como protagonista principal.
McCarthy es Susan Cooper, una agente de la CIA, solterona de 40 años que se ha visto relegada a hacer su trabajo desde la comodidad de su escritorio y sirviendo de apoyo a un colega “de campo” al más puro estilo James Bond (Jude Law), quien en una misión para impedir que vendan un arma nuclear “portátil” desaparece, obligando a que Cooper tome su lugar al ser un rostro desconocido por la villana Rayna (Rose Byrne) y ante la renuncia de otro de los agentes (Jason Statham).
Así Susan Cooper deberá entrar de lleno a la acción mediante el manejo de nuevas personalidades, buscando ir tras Rayna para vengar a su amigo, viajando lo mismo por Paris, Roma y Budapest y sorprendiendo ya que es realmente una buena espía, siendo ahora apoyada por su compañera y única amiga que interpreta muy atinadamente Miranda Hart.
De esta manera, tanto McCarthy como Feig logran hacer una buena película de comedia en esta entrega, pues es una comedia de espías original en su formato. Con un presupuesto de 65 millones de dólares, fue rodada principalmente en los majestuosos paisajes y escenarios del lago Balatón, en Hungría, lo que asegura un ambiente perfecto.
Para los cinéfilos empedernidos, hay alusiones a Thunderball en uno de los posters, y a otros filmes de James Bond dentro de la historia; se nos recuerda a Johnny English, a Jackie Chan… y un largo etcétera. Asimismo, también aparecen las clásicas persecuciones, los esmóquines, las traiciones y los famosos gadgets con tecnología de punta, en esencia esta película es de espías pero jamás intenta ser tomada en serio.
Para mantener el equilibrio, Jason Statham encarna a un acelerado espía que desconfía de la labor de Cooper convirtiéndose en su sombra, con gags que funcionan en la interacción de ambos aunque no es la parte más brillante del film, además del obstinado agente italiano que intenta seducir en todo momento a Cooper.