El Señor Danilo Medina consintió, como beneficiario principal, que durante 2011 y 2012 el gobierno del PLD, presidido por ya sabemos quien, instrumentara un fraude presupuestario descomunal de unos 240.000 millones de pesos con los cuales compraron hasta los perros, los gatos y las mascotas de los artistas, profesionales, intelectuales y ciudadanos de a pie que respaldarían al candidato del gobierno. La ilegalidad abierta, confesa, documentada y trágica de ambos fraudes, el presupuestal por el uso indebido del dinero y el electoral por la compra y secuestro de votos la sabe y conoce todo el mundo en la República Dominicana. No ha sido ni es materia de discusión. Fue así y basta.
Ahora, entre los meses de mayo y junio de este año del señor de 2015, Medina, sin rubor alguno, a plena luz del día, autorizó y ejecutó la compra de todos los legisladores (que eran muchos) y que hacían falta para pasar una reforma constitucional a su medida, como un “flu” ordenado en una sastrería antigua que le permita optar por la reelección con lo cual añade a los orígenes espurios y fraudulentos de su primer mandato, un acto que tan grave es en su naturaleza como en sus consecuencias. Perpetrado, ante la mirada sorprendida y aun desconcertada de todo el país, el soborno de los legisladores, no por esperable y predecible, resulta menos escandaloso y grave.
Ante esta demostración de desprecio por cualquier consideración legal, jurídica, política, histórica y social ¿que pueden y deben esperar los dominicanos del señor Medina? Amparado en encuestas manipuladas, Medina cree gozar de una popularidad que nunca ha sido suya y que incluso si alguna vez la hubiera tenido no por eso le confería el derecho a violar y pisotear la ley y menos aun a darle al país el ejemplo de una presidencia inescrupulosa y corrupta. Álvaro Uribe en Colombia, pretendió sin éxito y usando la misma lógica y los mismos procedimientos lo que acaba de lograr Medina. La diferencia no estriba en el talento de este frente al otro sino a que, en Colombia, no pudieron comprar el Tribunal Supremo y aquí estaba comprado y pre-pagado.
El acuerdo PLD-PRD no tiene justificación electoral pero si operacional. La compra de votos positivos, o sea, el dinero que se promete al votante para que vote a favor de uno de los partidos aliados y del cual no se espera que consiga votos a favor espontáneamente es lo que verdaderamente yace detrás de ese acuerdo. De ese modo, Miguel Vargas obtiene algunos cientos de miles de votos, mantiene la franquicia, sigue recibiendo dinero de la JCE y además confiere al PLD la apariencia de que los votos así obtenidos eran legítimos. A eso, en esencia se reduce el acuerdo porque, por lo demás ningún peledeista está conforme y los perredeistas que aun le quedaban a MVM desertan de su lado por horas. PRD-PLD no suma votos pero facilita el fraude. Es un arreglo bastardo, pecaminoso y falaz que sustenta una ficción carente de contenido y ajena a la realidad.
- Melvin Mañón, escritor y reputado analista, reside en la actualidad en República Dominicana.
- Ver en Hechos de Hoy, Danilo Medina, Leonel Fernández, y una advertencia en República Dominicana.
- El presidente Danio Medina se pronunciará en un mensaje al país sobre el proyecto de la reforma constitucional.
- Miguel Vargas anunció todo au apoyo al pacto entre el PLD y el PRD. "Voy a recorrer el país para apoyar a nuestra alianza y también a todas las candidaturas del PRD en todos los niveles”, anunció.
- Luis Abinader, en un masivo acto en Santo Domingo, planteó una amplia concertación política y social. Asumió el compromiso de cambiar las prioridades para mejorar la calidad de vida de la población y poner a las personas en el centro de las políticas públicas.