Profesionales que ya no contaban para el último tramo y a los que se les daba por deportivamente muertos, se personaban más vivos que nunca por los puestos de cabeza. De la ultratumba de la clasificación emergía Sergio García subiendo 25 plantas en la pizarra. No le sirvió ese subidón para ganar, pero sí para estar finalmente en el Top 15: su tarjeta de 65 golpes, la mejor del día empatada, fue una llamada de arrebato para la vanguardia.
A esa primera línea se incorporó el tailandés Thonghai Jaidee con su mejor sonrisa de zombi, igualando la tarjeta del castellonense, y logrando en aquel momento el mejor resultado total en Casa Club: -18. Para la vanguardia ¿muerte o susto?
Entre los que despertó del sueño a los primeros estaba el paraguayo Fabrizio Zanotti. El sábado ya había dado una campanada con sus -7, y en la primera vuelta del domingo ya jugaba en números preocupantes con birdies en los hoyos 2, 3 y 7, sin síntomas de debilidad. Su fortaleza le llevó a establecer en -19 el reinado en Casa Club.
La segunda vuelta del Golf Club Gut Lärchenhof tiene dos pares 5 asequibles y un hoyo 17 par 4 con salida adelantada y bandera a 250 metros aproximadamente para provocar a los valientes… o a los necesitados. Su margen derecha limita con un lago que besa los pies del green y la izquierda con un rough infumable. En realidad, la balanza riesgo/premio está muy bien equlibrada para quien quiera jugársela.
Y uno de los que se la jugó fue Rafael Cabrera-Bello, que había terminado al par los nueve primeros hoyos y tan sólo iba -1 en el día al terminar el hoyo 14. Pero el canario, al que por cierto cada vez se le pone más acentuado el parecido con Miguel Induráin y su combativa faz, se concentró más aún y le hizo birdie al hoyo 16 (par 3). En el citado hoyo 17, tomó todo el riesgo, y con su madera se metió de un solo golpe en green. Pateaba para eagle a más de 15 metros y lo metió.
Ahora, si hacía birdie en el último hoyo jugaría el playoff… y lo hizo, con un colosal putt. Ya había tres para el desempate, pues a Zanotti se le había unido a los pocos minutos Grégory Havret, otro de los aparecidos que en sus últimos once hoyos se había sacado cinco birdies.
Ahora, si hacía birdie en el último hoyo jugaría el playoff… y lo hizo, con un colosal putt. Ya había tres para el desempate, pues a Zanotti se le había unido a los pocos minutos Grégory Havret, otro de los aparecidos que en sus últimos once hoyos se había sacado cinco birdies.
Faltaba un invitado a la fiesta del playoff. Es el número 2 del mundo, Henrik Stenson, pero más por los éxitos de 2013 que por los resultados de este año. Sin embargo su juego no ha perdido la intuición del acierto y en sus últimos ocho hoyos se hizo cuatro birdies y un eagle para lograr el -19 que le daba derecho al desempate. Podría haber ganado si le entra el putt para birdie que rozó el hoyo 18.
¿Y el español que iba en cabeza? No le salió nada. Bueno, a lo mejor le ha salido una tortícolis de dar cabezazos – izquierda, derecha, izquierda – hoyo tras hoyo de decepción y desacierto. Un solo dato: entre los 50 primeros en Colonia sólo hay un profesional que en la última jornada no bajó del par: él, Pablo Larrazábal.
Así que desaparecido en el puesto 8º, que está bien, dadas las circunstancias. Más hundido Carlos del Moral que de ir entre los primeros – salía justo en el partido anterior al estelar -, sucumbió para hundirse en el puesto 33º, con un tarjeta de 74 golpes.
Así que desaparecido en el puesto 8º, que está bien, dadas las circunstancias. Más hundido Carlos del Moral que de ir entre los primeros – salía justo en el partido anterior al estelar -, sucumbió para hundirse en el puesto 33º, con un tarjeta de 74 golpes.
La emoción entre los cuatro aparecidos al desempate fue máxima en los 5 hoyos que hubieron de disputarse hasta conocer al ganador. Se jugó dos veces el hoyo 18: en la primera los cuatro hicieron par; en el segundo, los tres birdies de su contrincantes hicieron insuficiente el par de Grégrory Havret que se despidió. Luego se jugó el 17, ese para 4 corto en el que todos entraron en green de un golpe y, el mejor entre ellos Rafael Cabrera Bello: dejó su bola a tres metros. Primero jugaron el paraguayo y el sueco que no lograron el eagle. Y el de Rafael estuvo a punto de entrar: ¡qué difícil es ganar!
En el cuarto hoyo había hecho méritos para la victoria de desempate Rafael Cabrera Bello, pero tiró al agua su bola con el segundo golpe y dijo adiós: quedaba segundo empatado. Estuvo grande, muy grande el canario. ¡Qué dura es la victoria!
Victoria que finalmente cayó de parte americana por el error de Henrik Stenson en la salida y por el acierto – serenidad y gran swing - del paraguayo.
Este triunfo es el triunfo del putt: Fabrizio Zanotti los metió de todos los colores. También es el triunfo del golf de América Latina: compañeros suyos del continente estuvieron con él animándole hasta el final en un hermoso compañerismo que festejaron llenando de champán al vencedor. Bravo, Fabrizio Zanotti. Bravo el golf latinoamericano.