Si alguien como Dunker, cuyas credenciales profesionales, intelectuales y éticas respeto y valoro hace estas preguntas, es evidente que la redacción del citado artículo no aclaró todo lo que debía. Es mandatorio hacerlo ahora.
Cuando se acercaban las elecciones municipales y legislativas del año 2010, tuve una conversación con mi amigo el Dr. Tito Matos quien ya estaba en el recíén fundado Partido Dominicanos por el Cambio. Ambos veíamos el desastre en que se había convertido el quehacer político y naturalmente el basurero resultante de procesos electorales previos.
Entonces y como parte de la conversación a la que, en esta ocasión, me refiero, compartí con él, la siguiente idea:
Un partido serio como DxC podría y quizás debería buscar en cada municipio o distrito municipal las personas mas respetables y de mejor reputación para ofrecer candidaturas legislativas o municipales o apoyarlas si ya han sido proclamadas, aunque no sean de su partido, aunque ya estén en otro partido o aunque no estén vinculadas a ningún partido. Debe hacer eso además, sin pedir nada a cambio y sin que medie negociación alguna dando un ejemplo de desprendimiento, de vocación de servicio e integridad. Creo firmemente que esta propuesta es ahora, tan válida como lo fue en su momento y acaso, todavía mas válida ahora porque, entre otras cosas, es mayor el desencanto y el repudio ciudadano a los “políticos profesionales” y a las prácticas que caracterizan su quehacer y es también mas clara y amplia la percepción de que el PLD, lejos de ser una excepción a las prácticas corruptas que una vez denunció cuando era oposición, encarna esas prácticas a una escala sin precedentes y con una ausencia inaudita de escrúpulos.
Lo que en 2010 fue pensado para DxC, ahora, con variantes y modificaciones puede y debe ser válido para otras organizaciones tanto por la vía del consenso como por decisión unilateral. Es decir, las organizaciones que en el 2012 trataron de cuajar una alianza o cualquier otra que tenga la visión y los méritos aunque no formara parte del intento del 2012, pueden, por si solas o asociadas proponer esas candidaturas y al hacerlo, empezar a devolver o a rescatar el concepto de meritocracia ya ausente del ejercicio político público.
Se ha discutido apoyar candidatos ajenos allí donde un partido considere que no tiene posibilidades de ganar y/o donde otro partido ya ha propuesto un candidato de mérito que vale la pena apoyar. Ese apoyo, tanto si fue consensuado previamente como si no lo fue, puede y debe ser otorgado. Entonces, si hay un tema que debería ser objeto de atención temprana y de conversaciones múltiples entre partidos que se consideran a si mismos y se reconocen entre si como serios, es precisamente este.
¿Pero por qué un partido haría una cosa semejante? Porque no habría argumento mas convincente ni evidencia mejor presentada de la seriedad de un partido que demostrarle a cada comunidad que promueve valores y gente seria al margen de la utilidad inmediata que dicha decisión pueda tener para ese partido y sus militantes y dirigentes. Ningún discurso podría convencer mas claramente a un electorado municipal que este accionar. Nadie podría dudar de la sinceridad de un partido que, por su propia cuenta, sin que mediara negociación alguna, ventaja ni toma y daca, decidiera apoyar candidatos ajenos.
Naturalmente, para que esto tenga el efecto buscado y el valor deseado, es necesario que la comunidad sepa que el apoyo es incondicional y que el resultado buscado y esperado es un adecentamiento de la vida y de la administración de la cosa pública con lo cual nos beneficiamos todos, empezando por esos mismos partidos.
No se me escapa que instrumentalizar esta propuesta es mucho mas difícil de lo que a primera vista parece por la cultura prevaleciente, las carencias e imperfecciones de la información y porque, siendo una iniciativa sin precedentes, provocaría en algunos una primera reacción de escepticismo cuando no de desconfianza. A lo anterior, súmense los aspectos legales involucrados.
Dos obstáculos y una recomendación surgen de la discusión anterior.
Primero.- Algunos dirigentes de partido nacionales o locales en nuestro país no están acostumbrados o preparados para invertir a largo plazo. Podrían creer que están arreando para que otro enlace. Otros, mas preocupados por la estructura propia que por la derrota del adversario podrían ver las cosas de manera diferente sin percatarse de la tremenda reacción favorable del electorado para quienes lo hagan y de que, adecentar el ejercicio político, favorece, por definición y en primer lugar, a los mas serios.
Segundo.- Otros partidos podrían encontrar dificultades en movilizar a su propia gente -entre la cual hay quienes tienen sus aspiraciones- a favor de otras candidaturas. Muchos pensarían, sobre todo porque el beneficio propio se ha convertido en inveterada práctica, que no tendría sentido para ellos luchar por candidatos ajenos a cambio de nada en lo personal.
Tercero.- Volviendo a la pregunta de Dunker se puede añadir: por encima y con preferencia sobre estatutos y reglamentos cuya discusión se ha promovido internamente para darle curso a La Convergencia y que podrían obrar como camisa de fuerza, lo que me parece mas interesante, productivo y pertinente es, entrar desde ahora a discutir candidaturas locales sin mayores dilaciones. Esto es concreto, real, factible. Nada impide que entre estas organizaciones se empiece a conversar de nombres, de apoyos y de postulaciones y entre tanto ponerse de acuerdo en un protocolo sobre como proceder.
Si no somos capaces de esto, si no tenemos éxito en este esfuerzo tan limitado, ¿cómo podríamos esperar triunfar en proyectos mas ambiciosos, metas mas complejas? Así pues, Dunker, tu pregunta no solamente valida íntegramente este artículo, sino que sirve para esclarecer, precisar y proponer una agenda de trabajo. Adicionalmente, trabajar esta agenda, permite construir alianzas de abajo hacia arriba no a la inversa.
No dije antes en 2010 ni digo ahora 2014 que sea fácil, sino que es importante.
- Melvin Mañón, escritor y reputado analista, reside en la actualidad en la República Dominicana.
- Minou Tavárez Mirabal justificó su renuncia del Partido de la Liberación Dominicana PLD), en el que militó durante dos décadas, porque dejó de lado los principios que le dieron origen. Dijo que en su nuevo camino "ojalá pueda encontrar muchos políticos para construir una gran coalición para la democracia".