El maestro se encuentra ahora en plena fase de montaje de la que va a ser una de las grandes exposiciones del verano, ya que es la mirada del propio Antonio López sobre su obra, reciente y antigua, la que articula la muestra. A sus 75 años, López pilota la selección y el montaje junto a los comisarios, su hija María López, Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, y Paula Luengo, comisaria técnica.
Es, pues, una gran muestra de carácter casi autobiográfico, con piezas de los últimos 20 años y casi la mitad de las 130 obras exhibidas, llegan directamente de su estudio. No hay un orden cronológico en esta muestra, aunque si está dividida en dos espacios, el recorrido va hacia adelante y hacia atrás en su obra, lo que se pretende reflejar en las salas, donde conviven de manera equilibrada la pintura, el dibujo y la escultura.
Por ejemplo, las inacabadas "siete vistas de la Gran Vía" son como si el visitante "se trasladara a un estudio en pleno funcionamiento", explica López, que hace casi 20 años que no expone en Madrid. Entre las obras que se exhiben, vistas de Madrid, incluidas las más recientes de la Gran Vía, cuadros de su Tomelloso natal, pinturas y dibujos de frutales o retratos de parejas e interiores.
"Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades", concluye el pintor sobre lo que se quiere explicar con esta retrospectiva, en la que están los temas recurrentes en su universo. Patrocinada por la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado S.A., está previsto que la exposición viaje, más reducida, al Museo de Bellas Artes de Bilbao.