Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los ordenadores a la hora de simular “caos”, azar o aleatoriedad es que, al moverse mediante ecuaciones previstas y programadas, la esencia de la aleatoriedad parece desvanecerse y se puede llegar a hacer bastante predecible.

Los algoritmos son cerrados, no dejan de representar ecuaciones que repiten los resultados cada cierto tiempo. Por eso, no es lo mismo tirar un dado físico, por ejemplo, de hueso, sobre una mesa de madera, que hacerlo en la pantalla de un ordenador con un dado virtual: por muy aleatoria que parezca la tirada, siempre hay detrás un algoritmo que simula lo aleatorio.

El término "azar" suele emplearse para referirse a una secuencia de resultados sin aclaración o sin previsión posible. Siempre se afirmó que los ordenadores son incapaces de generar secuencias aleatorias verdaderas, y que lo que hacen son aproximaciones a la aleatoriedad por simulación de la misma.

Una secuencia algorítmicamente aleatoria propiamente dicha debe ser una secuencia infinita de dígitos binarios que aparece aleatoria a cualquier algoritmo. La definición no puede aplicarse igualmente bien a las secuencias en cualquier conjunto finito de caracteres, pero ingenuamente aplica en la práctica y así lo viene haciendo desde la aparición de la programación informática allá por los años 70, hace ya más de medio siglo.

Para los expertos, los matemáticos y los programadores informáticos, las secuencias aleatorias son los objetos principales de estudio en la teoría algorítmica de la información e intervienen notablemente en la creación de videojuegos, casinos online y juegos de azar basados en la informática, un sector industrial de enorme crecimiento, igual que todo lo que tiene que ver con simulación de la realidad (o realidad virtual), y metaverso. El azar forma parte de nuestras vidas, y en el metaverso tiene que ser igual.

Intuitivamente, una secuencia algorítmicamente aleatoria (o secuencia aleatoria) es una secuencia infinita de dígitos binarios que aparece aleatoria a cualquier algoritmo. La definición no puede aplicarse igualmente bien a las secuencias en cualquier conjunto finito de caracteres, pero ingenuamente aplica en la práctica. Las secuencias aleatorias son los objetos principales de estudio en la teoría algorítmica de la información.

Una de las soluciones que han encontrado los matemáticos y programadores informáticos para crear una verdadera secuencia aleatoria es la de emplear el algoritmo RNG (Random Number Generator), un tipo de dispositivo informático o físico diseñado para producir secuencias de números sin orden aparente.

Los algoritmos para la generación de valores uniformemente distribuidos se emplean en todas las calculadoras y lenguajes de programación, y en ellos suelen intervenir necesariamente El valor inicial o semilla, la constante multiplicativa, la constante aditiva y un número respecto del cual se calculan los restos, teniendo que ser todos los valores números enteros no negativos.

Cumpliendo esas condiciones, pueden generarse por un ordenador números que garanticen la aleatoriedad verdadera de la secuencia, lo que es muy útil y una garantía de seguridad para, por ejemplo, los jugadores online o Casinos en línea que tiran dados en todo el mundo o juegan ruleta online en España.

Los Generadores de Números Aleatorios se han convertido en una herramienta imprescindible de programación para la industria del juego online. Deben hacer posible que se sustituya el hecho de que el crupier baraje por un barajeo virtual, que debe ser creíble y real, y no trucado. Igual que ocurre si tiramos una bola a la ruleta: debe caer aleatoriamente y hacer sus devaneos sin predicción posible.

En los Casinos virtuales con generadores de números aleatorios, el proceso de barajar o tirar un dado o una bola se reemplaza por una fórmula matemática que garantiza que cada carta repartida, dado tirado o rueda girada, sean completamente aleatorios y, por lo tanto, impredecibles.